En nuestro viaje hacia el Parque Nacional Mburucuyá, pasamos por la pintoresca localidad de Mburucuyá, capital del departamento correntino del mismo nombre.
Con una población aproximada de 10,000 habitantes, Mburucuyá es un pueblo que se caracteriza por su tranquilidad, aire puro y arquitectura rural.

Un Pueblo con Encanto
Mburucuyá es la puerta de acceso al Parque Nacional Mburucuyá y ostenta el título de Capital Nacional del Chamamé.
Al llegar al pueblo, uno se encuentra inmerso en un ambiente que parece detenido en el tiempo.
Las viejas casonas con amplias aberturas y las esquinas típicas de pueblo frente a la plaza principal le confieren un toque mágico y especial.

El viaje hacia el Parque Nacional Mburucuyá comienza pasando por este encantador pueblo. Para llegar al parque, se debe tomar la Ruta Nacional 13 cerca de la localidad de Empedrado.
Después de atravesar Mburucuyá, se accede a la ruta 86, un camino polvoriento que serpentea a través del paisaje rural.

La Capital Nacional del Chamamé
La ciudad de Mburucuyá es conocida como la Capital Nacional del Chamamé. Cada año, durante la segunda semana de febrero, se celebra el Festival Nacional del Chamamé.
Este evento atrae a conjuntos chamameseros de todo el litoral argentino, convirtiendo al pueblo en un vibrante centro de música y danza tradicional.

Aunque nuestra visita no coincidió con el festival, la influencia del chamamé es palpable en cada rincón del pueblo.
Arquitectura y Paisaje
El paisaje urbano de Mburucuyá está marcado por su arquitectura rural. Las casonas antiguas, algunas de las cuales se encuentran en estado de conservación mientras que otras muestran el paso del tiempo, reflejan la historia y la cultura del lugar.
Una de las imágenes más memorables de nuestro paso por el pueblo es la de una vieja casona que parecía contar su propia historia a través de sus muros desgastados y ventanas amplias.
El camino polvoriento, que se muestra en una de nuestras fotos, es una representación perfecta de la vida rural en esta región.
Este camino, aunque simple y rústico, nos llevó hacia el Parque Nacional Mburucuyá, un tesoro natural que esperábamos ansiosamente explorar.

Un Toque de Magia en Cada Esquina
La plaza principal de Mburucuyá, con sus esquinas típicas y su ambiente tranquilo, es el corazón del pueblo.
Es un lugar donde los habitantes se reúnen, donde los niños juegan y los ancianos conversan. Este espacio, rodeado de arquitectura tradicional, captura la esencia de Mburucuyá.
Una de las joyas arquitectónicas del pueblo es su iglesia, un edificio que destaca por su simplicidad y su belleza serena.

La iglesia, con su fachada blanca y su campanario, es un punto de referencia para los viajeros y un símbolo de la comunidad local.
Nuestra Experiencia de Hospedaje
En nuestra visita a Mburucuyá, optamos por alojarnos en el camping del Parque Nacional Mburucuyá. Aunque no exploramos las opciones de hospedaje dentro del pueblo, el camping nos ofreció una experiencia cercana a la naturaleza.
Pasamos la noche bajo las estrellas, rodeados de la flora y fauna del parque, lo que añadió una dimensión especial a nuestro viaje.
Reflexión y Conclusión
El viaje por Mburucuyá fue una experiencia enriquecedora que nos permitió conectar con la historia y la cultura de Corrientes.
El camino hacia el Parque Nacional Mburucuyá, aunque polvoriento y rústico, nos ofreció vistas panorámicas y una inmersión profunda en el paisaje rural argentino.
Este recorrido no solo nos llevó a un destino natural espectacular, sino que también nos brindó la oportunidad de descubrir un pueblo lleno de encanto y tradición.
Mburucuyá, con su aire puro, su arquitectura rural y su espíritu chamamecero, es un destino que merece ser explorado y apreciado.
Visitar Mburucuyá es una invitación a viajar en el tiempo, a conectar con las raíces culturales de Argentina y a disfrutar de la belleza natural de Corrientes.
Si tienes la oportunidad de explorar esta región, no la dejes pasar. Los recuerdos y experiencias que recojas aquí serán tesoros que guardarás para siempre.